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En un sector donde los plazos de entrega pueden poner en riesgo todo un proyecto, la proximidad geográfica del proveedor ha dejado de ser una comodidad: es una ventaja estratégica. En tiempos de cadenas de suministro frágiles, inestabilidad logística global y exigencias crecientes por parte de los clientes finales, los profesionales del interiorismo y los compradores corporativos buscan soluciones que ofrezcan algo más que producto: buscan fiabilidad, agilidad y acompañamiento.

La hospitalidad ha evolucionado. Ya no basta con ofrecer una cama cómoda y un buen desayuno: los viajeros de hoy buscan experiencias. Y gran parte de esa experiencia se define por la atmósfera del espacio: los materiales, el mobiliario, los colores, la iluminación y la sensación de confort (o de incomodidad) al entrar en una habitación o cruzar el vestíbulo.

En el mundo de la decoración profesional, la palabra del momento es curaduría. Y no solo en galerías de arte o concept stores de barrios creativos, sino también entre bastidores, donde se definen los ambientes que crean la experiencia de un hotel boutique, la identidad de un espacio comercial o la comodidad discreta de un piso de lujo.